domingo, 13 de marzo de 2022

Ozymandias por Percy Bysshe Shelley


Conocí a un viajero de una tierra antigua

quien dijo: «dos enormes piernas pétreas, sin su tronco

se yerguen en el desierto. A su lado, en la arena,

semihundido, yace un rostro hecho pedazos, cuyo ceño

y mueca en la boca, y desdén de frío dominio,

cuentan que su escultor comprendió bien esas pasiones

las cuales aún sobreviven, grabadas en estos inertes objetos,

a las manos que las tallaron y al corazón que las alimentó.


Y en el pedestal se leen estas palabras:


"Mi nombre es Ozymandias, rey de reyes:

¡Contemplad mis obras, poderosos, y desesperad!"


Nada queda a su lado. Alrededor de la decadencia

de estas colosales ruinas, infinitas y desnudas

se extienden, a lo lejos, las solitarias y llanas arenas»

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